Estos irlandeses me han hecho pensar en la vida y en la magia. Pocas veces me he conformado con la creencia habitual de que la magia no existe. Creo sinceramente que sí, que la naturaleza está llena de una magia potencial esperando que nuestra imaginación le dé un nombre, la fotografíe, invente una historia, la haga real. Por otro lado, también sé que la magia no existe. Veamos si os lo puedo explicar. Yo creo que la vida nos regala momentos que podrían ser mágicos, los cuales sólo somos capaces de distinguir y de disfrutar si nos abrimos con sencillez a su magia. No obstante, al igual que los científicos más escépticos, dudo de la existencia de la magia y a pesar de llevar un nombre tan imaginario, me resisto a creer que existo, excepto en continua destrucción. Por ello es que me llamo D.Ruida.
Me pregunto por qué los devotos irlandeses no son capaces de ver que es su imaginación y no la realidad la que ha dado vida a la imagen del tronco. Quizás necesitan creer con firmeza en la veracidad de una aparición para reafirmarse en una fe mutilada tal vez por los recientes escándalos del clero irlandés. Quizás buscan convencerse a sí mismos de la existencia de algo en lo que están dejando de creer. Y he aquí que la magia con que podrían haber sido regalados desaparece y se convierte en el hazmerreír de la prensa irlandesa.
Acabo estos pensamientos deseándoos que la naturaleza os regale muchos momentos mágicos y deseando que sepáis disfrutarlos. La nada se apodera del mundo, decía Michael Ende en La historia interminable. No dejemos que así sea. Dejemos que, mientras caminamos con los pies bien firmes sobre la tierra, cansados con la rutina del vivir, nuestra imaginación sepa inventar un mundo paralelo lleno de magia.