La imagen de tu tristeza
colgaba de mi alma
como ropa sin secar.
Figura suspendida, pesada,
casi invisible y sin vida,
miraba sin mirar
el desamor de los días.
Frecuentaba tu hastío
mi cuerpo cansado,
dolorido y mancillado y resuelto
a no perdonar
por vivir su camino.
La imagen de tu tristeza
se colaba con empeño
entre dichas de desván.
Figura sonreía, alegre,
risueña como ella era,
abierta a la vida
sin miedos ni
penas.
Y la imagen volvía,
con dolor e insistencia,
conquistando tu tristeza mis sueños,
invadiendo sin reposo ni guía
los poros de mi aliento.
Que poesía tan enormemente triste! Casi parece que me cuelga del alma y gotea agua al leerla...
ReplyDeletePor lo que deduzco,la redacción de estos versos es actual pero corresponde a un hecho pasado.De lo contrario, ojalá puedas arrancar pronto esta imagen-parásito de tí...
Muchas felicidades por las imágenes que consigues dibujar.
Gracias aire. Me alegro de ver que has logrado leer la gran tristeza que sentí al escribir el poema, hace no mucho tiempo. Sin embargo, el poema no trata de la imagen de mi tristeza interior, sino de la de alguien a quien quise mucho. Nos imaginé muchas veces a los dos como "figuras"; de ahí la ambigüedad de ese término. A veces me da la sensación de que los humanos no somos más que eso, figuras, monigotes, casi casi marionetas.
ReplyDelete¿Quien/es no se han sentido, se sienten tristes?.
ReplyDeleteLa tristeza es pasado, es recuerdo, es esperanza de lograr, lo que no hemos conseguido.
Los humanos (algunos), podemos haber sido en alguno/os momentos marionetas; solo somos lo que queremos ser. A veces (algunas veces), damos posibilidades donde no existen. Eres humana, nunca marioneta. La vida, si así se quiere, siempre vuelve a florecer...
Gracias por tus palabras, José.
ReplyDeleteLa tristeza es parte de la vida y, por ello, debe ser bienvenida. Dicen que sólo está triste aquel que sabe lo que es la felicidad.
Figuras, monigotes, casi marionetas, me refiero a que me da la sensación de que la vida discurre con naturalidad y, dentro de ella, nos toca un determinado papel. Por supuesto, como humanos que somos, tenemos la posibilidad de renunciar a ese papel y ser lo que queramos, pero antes hay que abrir bien los ojos y mantenerlos abiertos.