El Mundo Today

2009/07/21

Aparición de la Virgen en Irlanda

El tronco cortado de un árbol situado frente a la Iglesia de Holy Mary (Santa María) ha despertado toda suerte de inimaginables especulaciones en el condado de Limerick, en Irlanda. Fervientes devotos llegan de todas partes del país a homenajear con una vigilia de velas y de rezos lo que consideran una imagen de la Virgen María. El párroco local, desesperado, increpa a los creyentes que no deben adorar un árbol, pero las cosas del más allá se han apoderado de algunas almas cristianas de este católico país.

Estos irlandeses me han hecho pensar en la vida y en la magia. Pocas veces me he conformado con la creencia habitual de que la magia no existe. Creo sinceramente que sí, que la naturaleza está llena de una magia potencial esperando que nuestra imaginación le dé un nombre, la fotografíe, invente una historia, la haga real. Por otro lado, también sé que la magia no existe. Veamos si os lo puedo explicar. Yo creo que la vida nos regala momentos que podrían ser mágicos, los cuales sólo somos capaces de distinguir y de disfrutar si nos abrimos con sencillez a su magia. No obstante, al igual que los científicos más escépticos, dudo de la existencia de la magia y a pesar de llevar un nombre tan imaginario, me resisto a creer que existo, excepto en continua destrucción. Por ello es que me llamo D.Ruida.

Aunque parezca que me contradigo, no es así. Hace poco yo también encontré un tronco cortado. Tenía forma de elfo o de gnomo. Cuando era niña, soñaba que estos seres existían y creía firmemente que si visitaba algún país escandinavo, se me aparecerían. Han pasado algunos años desde entonces, pero lo imposible ha sucedido y no en Escandinavia, sino en Pontevedra. Hace menos de un mes, me encontré de bruces con la imagen de un gnomo en un tronco cortado. El hecho me hizo sentir una alegría inefable y sonreír con profunda inmensidad; mi niña interior supo que había cumplido su sueño infantil y aquello era mágico. Es obvio que los gnomos no existen y no voy a darle más importancia ni significado al suceso. Sin embargo, por un instante, en el infinito poder de un momento, la realidad se mezcló con la ficción, el pasado y el presente se disolvieron y la niña que fui yo sintió la magia de la vida llenar su alma con la más hermosa de las dichas.

Me pregunto por qué los devotos irlandeses no son capaces de ver que es su imaginación y no la realidad la que ha dado vida a la imagen del tronco. Quizás necesitan creer con firmeza en la veracidad de una aparición para reafirmarse en una fe mutilada tal vez por los recientes escándalos del clero irlandés. Quizás buscan convencerse a sí mismos de la existencia de algo en lo que están dejando de creer. Y he aquí que la magia con que podrían haber sido regalados desaparece y se convierte en el hazmerreír de la prensa irlandesa.

Acabo estos pensamientos deseándoos que la naturaleza os regale muchos momentos mágicos y deseando que sepáis disfrutarlos. La nada se apodera del mundo, decía Michael Ende en La historia interminable. No dejemos que así sea. Dejemos que, mientras caminamos con los pies bien firmes sobre la tierra, cansados con la rutina del vivir, nuestra imaginación sepa inventar un mundo paralelo lleno de magia.