El Mundo Today

2013/09/05

Podofilia desbocada en el Vaticano según el diario apócrifo del Papa Pancho (y 4)

Domingo, 2 de junio, santa Blandina, mártir
Como les pasó a los primeros cristianos, urge que los podófilos emerjamos de las catacumbas para vindicar con modesto orgullo la respetabilidad de nuestra veneración podofílica, éxtasis de la más colosal Humildad; nos urge hallar entre nuestros perseguidores al Saulo que, profesando la insuperable Fe del converso, nos convierta de la persecución pasiva a la más intransigente Ortodoxia activa.
Con el mismo fanatismo con que hasta ahora nos perseguía, pero centuplicado ahora por la Conciencia de su Error, el san Pablo de los Podófilos advenido obrará el Milagro de tornar la Autoridad en herejía. Algunos pioneros, como el beato Quentin Tarantino, ya han dado un paso (nunca mejor dicho tratándose de un podófilo reconocido) al filmar descalza a santa Uma Thurman, que así a ojo calzará un 10.
¡Loor y gloria, oh pinrel casi tan sensual como el de santa Paris Hilton (un vasto ¡n° 12!, don de Satán, a no dudar)!
En nuestra humilde ignorancia, Nos pensábamos que Paris era nombre de varón, como san Parisio; pero ese Pie... no hay duda, es de Mujer. Arde en llamas de Belleza, esa portada de la muy respetable publicación Foot Fetish, edición especial para coleccionistas como Nuestra Santidad.
Como Nos, sí; como vuestro Santo Padre mediático. No en vano la Podofilia es cosa de varones, santos y heterosexuales (¿a que soy liberal por especificarlo?): y los Pies objeto de adoración podófila son invariablemente femeninos. Como los de Cher... La de lefazos que llevará encima esa edición especial, querido diario. Sin duda se trata de una señal.

Tan humildes somos los que profesamos nuestra Podofolia con devoción religiosa, que sabemos sobrellevar estoicamente la confusión del vulgo entre nuestra Fe y la parafilia de similar nombre (que no citaré).

Santa Blandina mártir, sempidescalza patrona de los podófilos, Luz de los extraviados que nos difaman y persiguen: en Vos confiamos. Orad por Nos. Dadnos fuerzas para amar lo que sabemos Encarnación de la Belleza. Amén.

Lun. 3, san Mansueto 
¡Pecador, sí! Qué lindo es poder sentirlo y decirlo y, al hacerlo, abismarnos en la Misericordia de la Virgen que nos ama y en todo momento nos espera con los Pies desnudos, puede que hasta lubricados.
¡Pecador, sí!, como se enorgullecía el publicano en el templo (“¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!”, Le 18,13); como lo sintió y lo dijo Pedro, primero con palabras (“Aléjate de mí, Señor, que soy un pecador”, Le 5,8) y luego con lágrimas tras oír aquella noche el tercer canto del gallo, momento éste que la genialidad de J. S. Bach plasmó en su sublime aria Ten piedad de mí, Señor
¡Pecador, sí!, tal como Jesús nos enseña que dijo el hijo pródigo: “He pecado contra el Cielo y contra ti” (Le 15,21); y luego no pudo seguir hablando, pues quedó enmudecido por el cálido abrazo de los Pies de la Virgen María, que lo esperaban... (esto no era así...) 
¡Pecador, sí!, como nos lo hace decir la Iglesia al comenzar la Misa o nuestro corazón cada vez que contemplamos absortos los albos pies de la Virgen del Mar. 
¡Pecador, sí!, como dijo David cuando el profeta Natán le abrió los ojos con la fuerza de... Este... De la Profecía (2Sm 12,13). 

Mar. 4, santa Clotilde
Con frecuencia notamos que se identifica corrupción con pecado. En realidad, no es tan así. Situación de pecado y estado de corrupción son dos realidades distintas, aunque íntimamente entrelazadas entre sí.
Nos hará bien reflexionar juntos sobre nuestra Podofilia, así como sobre su relación con el gozoso Pecado. Nos hará bien sacudirnos el alma con la fuerza profética del Evangelio. Éste nos sitúa en la Verdad de las cosas, removiendo la hojarasca que la debilidad humana, unida a la complicidad, crea en el humus apto para la corrupción. Nos hará mucho bien, a la luz de la Palabra de Dios, aprender a discernir los diversos estados de corrupción que nos circundan y amenazan con seducirnos. Nos hará todavía mejor volver a decirnos unos a otros: “¡pecador sí, corrupto no!”, y decirlo con miedo, no sea que aceptemos el estado de corrupción como una situación de pecado más, como si un estado de irremediable vulgaridad pudiese remotamente medirse con la situación de nuestra Podofilia. ¡Pecador sí, corrupto no! No confundamos estados con situaciones.

Sáb. 8, san Eustolio
Hoy hemos atacado la hipocresía. ¿No dicen que la mejor defensa es un buen ataque? La Iglesia también puede desviar la atención, como todo el mundo, o eso nos ha dicho Peneadicto, cerebro de la estrategia. Siguiendo asimismo sus órdenes, hemos atacado al lenguaje políticamente correcto (no es lo mismo el Papa que una papa), añadiendo: “Es el lenguaje de la corrupción”. Si al decirlo pones cara de convencido, la gente va y se lo cree, aunque sólo sea por no delatar que no lo entendieron. Oratis pro Nobis.

Dom. 9, santa Pelagia
Dios es mujer. Así lo hemos declarado, urbi, orbi et ratus de pedibus eius, durante nuestra dominical homilía: “Nos ama como una madre”. Total, hablar sale aún más barato que el incienso y a las minas les encantan estas huevadas. Casi tanto como que les lave y bese los pies. No debería pensar tanto en los Pies de Diosa…

Mar. 11, san Remberto
La de hoy ha sido buena: “San Pedro no tenía cuenta en el banco”. ¿Y? Y nada. Pero ¿a que suena bien?

Mié. 12, san Esquilo
Hoy una periodista italiana especialmente impertinente nos ha preguntado a bocajarro que qué hemos hecho, Nos en concreto, desde que nos nombraron Póntifex mínimus hasta la fecha. No decía solamente contra la pobreza. En general. “Va para cien días que está en el cargo y de momento sólo hemos oído palabras”, va y nos suelta. Si no fuésemos tan humilde, nos habría parecido una insolente. Debía de ser comunista y/o creerse que estaba en una rueda de prensa. Ahora bien, Nos jamás damos ruedas de prensa, pues sería soberbio por nuestra parte (por la misma razón no tenemos cargo, sino cargas, que sobrellevamos humildemente). Si quiere, le lavamos los pies, ahí no tenemos inconveniente; al contrario: le estamos pillando el gusto (y la técnica, que también tiene su punto) a lo de vindicar la respetabilidad de la Podofilia. ¡Pecador, sí! Es una situación. No es un estado.
Las más groseras faltas de educación, bocona transalpina, son las que se cometen aprovechándose de la buena educación ajena; y la nuestra es tan exquisita como nuestra proverbial humildad. A fin de cuentas, ¿quién somos Nos para conceder ruedas de prensa? Un párroco rural, y nada más, aunque nuestra parroquia haya adquirido tal proyección mediática que todos nos toman, erróneamente, por el Pontífice máximo.
Claro que, aunque seamos el minino, también pontificamos, e infaliblemente, que no es moco de pavo.
Nos, el Papado, lo de ser infalible lo llevamos regular, para qué te vamos a mentir, querido diario. Casi tan mal como lo de ser argentino.
¿Se puede ser infalible y humilde a la vez, pontificar desde la humildad? Difícil cuestión. Sería como ser simultáneamente omnipotente y bueno. Dios lo consigue, cierto. Pero, por si hacía falta aclararlo, Nos no somos Dios, pues para ello nos faltan su soberbia y su ira. Es que Nos siempre fuimos más de pereza y lujuria. Airados nunca lo seremos, porque todo airado es en el fondo un soberbio... desairado; pero gracias a que pecamos de pereza, Nos, pudiendo ser casi divinos, desbarataos, nos contentaremos con encarnar la más humilde imagen de la Divinidad en este valle de lágrimas. Lo de hacer cosas, las funciones ejecutivas, las delegaremos, modestamente, en Él. Por algo es el Hacedor, o eso me he pasado la vida diciendo. Rezad por mí. Que haga Él.

Mar. 25, san Bodoaldo
Pese a mi intención de entregarme indefinidamente al pecado de pereza, que hasta a ti, querido diario, te ha dejado desatendido, hoy Peneadicto nos ha instado a hacer como que hacemos algo concreto. Se va a enterar la italoinsolente aquella. Y encima va a enterarse por la prensa de la competencia.
“Si quieres que algo se resuelva, nombra a un responsable. Si prefieres que se eternice, nombra una comisión”.
Siempre pensé que eso lo había dicho Perón (sabe Dios que lo obró en consecuencia). Peron ahora resulta que Perón le copió a Napoleón. Así me lo ha aclarado Peneadicto (hay que ver cuánto sabe este hombre), que esta mañana me ha convocado ante su augusta presencia para instarme a hacer algo. O su apariencia.
--Tu “Revolución” --me ha explicado poniéndole unas infamantes comillas en el aire con los dedos índices y medios— no es sino una colosal operación de imagen; y como tal necesita, además de tus famosos “gestos” --otra vez sus deditos agitándose en el aire-- perfectamente desprovistos de contenido, algo que parezca una medida concreta ...Por supuesto, sin serlo. Ahí está la gracia. Vas a nombrar una comisión para… No, espera, vas a nombrar dos, ya puestos, por el mismo precio: una para que parezca que vas en serio contra los pedófilos, ya que así lo han decidido los medios por algún motivo que se me escapa; y otra para... --aquí claramente estaba aguantándose a duras penas la risa-- para reformar la banca vaticana.
Entonces me ha mirado a la cara por primera vez.
Es una maniobra tan burda, que parece imposible que funcione; y sin embargo funciona con la precisión mi Guardia Suiza. Hasta los medios más fervientes de la Iglesia progre, en el fondo ansiosos de rezar, coinciden en que ¡por fin! alguien adopta “medidas concretas” para abordar los problemas de la católica. ¿Concretas, dicen? Pero si lo único que hemos hecho ha sido nombrar una comisión. Mejor dicho: dos. ¿Cabe mayor vaguedad?; aunque ¿qué puede importarles eso a quienes tienen por oficio rellenar de letra impresa, a diario y literalmente con lo que sea, un espacio prefijado de antemano, sin la menor pretensión de ajustarse a eventuales contenidos?
Sabedlo: hemos venido a reformar la Iglesia de Pedro porque así lo ha decidido, previamente, la prensa. Queda bien en los suplementos dominicales y punto pelota. El que no se lo quiera creer, que reviente.

Sáb. 29, apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso
Hoy fue el Día del Papa. Con tal motivo recibimos muchas felicitaciones, entre ellas una medio verborreica y medio afásica que destacó por su delirio esquizoide, dejándonos entre perplejo y amedrentado, también a partes iguales.
En vez de limitarse a remitírnosla por correo ordinario, como haría una mente sana, la perpetradora de la felicitación, exhibicionista terminal y patética attention-seeker, optó por colgarla antes en su cuenta de Twitter y trinar de inmediato por las ondas que allá dejaba aquello puesto, como una deposición suya, para Nos. Igual que el bebé que recién aprendió a controlar su esfínter corre orgulloso a sus padres, orinal entre manos, para enseñarles sus excrementos, así nuestra dadaísta exhibicionista.
Contraviniendo su ideología (que en ella sustituye a la biblioteca), se había avenido a escribirnos, pero sin la menor intención de gastarse un solo peso en sellos, digo estampillas; y es que no se puede aceptar todo. Cuestión de principios, al parecer; y por más que éstos no estuvieran nada claros, aquélla era manifiesta: para recibir la famosa felicitación, impúdicamente cacareada y supuestamente destinada a Nuestra Santidad (pero que para entonces ya había leído el resto del mundo), su teórico destinatario tendríamos que acudir Nos mismo a visitar el Muro Virtual de la ínclita estadista dadaísta, donde la carta de felicitación estaría expuesta al público.
Presa del pavor pánico, hemos pedido refuerzos a la Guardia Suiza. Por algo conocemos a la remitente. Y que trajeran armas de fuego, nada de alabardas. Sólo después nos metimos en el Twitter de la Loca a leer la carta.
Se puede, Nos mismo lo hacemos de continuo, hablar sin decir absolutamente nada, incluso llenar una página tras otra de naderías, dejar mudo en la sala de conferencias al pobre intérprete chino atento a oír la primera idea, por insignificante que fuese, traducible a algún ideograma en su idioma. Lo insólito, lo anonadante es que, después de leer, o intentarlo, una página cuyos márgenes mismos rebosan de estupidez para no decir lo que se dice

                                                                  n  a  d  a  ,

no hayamos retenido sino un solo mensaje, machacante como la locura misma. A saber: que de ninguna manera Ella iba a escribirnos; es más, en rigor nunca nos escribió, sólo nos declaró, por escrito, su disposición a hacerlo. Tuvo que ser Mi Santidad, la última en enterarse de que tenía carta de Ella allá, colgada de su Twitter, quien le rindiera tributo de visita en su virtual reino de unos y ceros. Sólo así pudimos al fin pasmarnos ante aquella incomprensible misiva que la Loca había tenido la atención de escribirse a sí misma, aunque fingiéndola dirigida a Nos, y que más de uno ya nos había descrito sin acertar tampoco a explicarse ni su contenido ni su necesidad.
Lo más inquietante es que, por supuesto, allí no había nada que descifrar, salvo el vértigo de quien se asoma a un abismo de banalidad, atisbando entre los dedos con que se tapa a medias los ojos una mente, más que confusa, umbilical. Si no querías escribirnos, ¡oh dadaísta estadista!, ¿para qué carajo lo hiciste? ¿Para contárselo, por escrito, al mundo? ¿Para que constase? Dentro de tu lógica demente, esto hasta podría tener cierto sentido, pues, si no nos hubieras escrito para contárnoslo, ¿cómo íbamos Nos a enterarnos que no nos habías escribto?
También puede ser que quiera chuparnos las medias y no sepa por dónde empezar...
Cuenta Ella que nos escribe (o que no) porque así se lo ordenaron sus subordinados, aunque a renglón seguido añade que de ninguna manera piensa Ella hacer jamás nada de lo que nadie le mande, pues buena es Ella para acatar órdenes. No, Ella, para que lo sepamos, es una rebelde, una ácrata adolescente, una enmienda a la totalidad, un ombligo parlaembalde, un adverbio de negación antepuesto, un prolapso en el esfínter del Sistema.
Así las cosas, más nos vale a todos que Ella, y sólo Ella, siga ocupando la Presidencia, dato que bastante se encarga Ella de recalcar diáfano en su carta. Parece que no termina de creérselo.
Dicho dato por otra parte es de lo poco inteligible que se puede rescatar de entre este sobrecogedor texto que sin Dios, amo, contexto ni pretexto, traza una espiral viciosa en torno al ombligo de su perpetradora, para acabar no escribiéndose.
De una remitente así, menos coherencia, uno podía esperar casi cualquier cosa, ninguna ni medio buena: significantes sin significado, guiones improcedentes y grafitos infantiles, de un narcisismo como el que traza esa firma de oligofrénico engreimiento: una C inicial mayúscula y solitaria, descomunal, umbilical, monstruosa, pagada de sí misma en el enfermizo bucle onfaloscópico de quien nunca alcanzó a ver más allá de las pelusas atrapadas en su ombligo, mezquinamente subrayada, con saña insólita, en vano y vanidoso intento de tapar bajo un folio A4 un piélago de ruindades, la hedionda máscara de un zombi a medio pudrir; exhibiciones de una mala fe sin fin, abisal; exposiciones-pose para consumo de la plebe más bajuna, como ese luto postizo, obsceno, de viuda negra y arácnida, perfectamente compatible con el maquillaje de un mandril daltónico.

...esa firma de oligofrénico engreimiento: una C inicial mayúscula y solitaria, descomunal, umbilical, monstruosa, pagada de sí misma en el enfermizo bucle onfaloscópico de quien nunca acertó a ver más allá de las pelusas atrapadas en su ombligo, mezquinamente subrayada, con saña insólita, en vano y vanidoso intento de ocultar un piélago de ruindades

"La verdad es que es la primera vez que le escribo una carta a un Papa.- Y ni que hablar de felicitarlo por la celebración del 'Día del Pontífice'.-Ni idea", rezan (nunca mejor dicho) las primeras palabras de la misiva que, con el necio desparpajo, la alegre irresponsabilidad y la analfabeta puntuación que la caracterizan, dizque nos ha remitido la Puta Vieja (que es peor que el Tuerto), sin privarse siquiera de tuitearla antes en su propia cuenta. Indiscreta y zafia como buena patotera, y significativamente ociosa para tuitear sus frecuentes compulsiones, le faltó el tiempo para pregonar, colgándoselo del prolapsado ego, tan prescindible documento mucho antes de que Nos pudiéramos recibirlo en Roma. Resultó así, como decíamos, que todo el mundo lo había leído ...excepto su teórico destinatario.
Es fácil imaginar con qué paleto cosquilleo la estadista dadaísta monologaría su primicia:

--¿Saben, tuiteros? Esta mañana le escribí una carta al Papa, que ahora es argentino y por lo tanto súbdito mío. No sé qué sería antes, no le pregunté. La verdad es que en la carta sólo le hablo de mí y de mis cosas, más que nada para hacerla más interesante. No iba a escribirle la típica felicitación papal, ¡me niego! Yo no puedo ser como los demás, ya me conocen. Conmigo no tendrán ni un minuto de aburrimiento, se lo garantizo. Al final ni le envié la carta; que venga aquí a leerla, si tanto le interesa. Es mejor así: si este hombre tan remodesto recibiese una carta entera nada menos que de mí, que soy la Presidenta (no sé si os lo he recordado en la última media hora), empezaría a darse importancia, aunque ni siquiera fuese una carta manuscrita, y por ahí se le jodería la humildad.

Etcétera...

Me dijeron que eso siempre lo hacía la Cancillería o la Secretaría de Culto.- Pero como ahora el Papa es argentino, debería hacerlo la Presidenta. Me mandaron un modelo de carta que parecía escrita de compromiso protocolar del siglo XIII.

¿El XIII? ¿Y por qué no el XVIII? O el VIII. Será por siglos. Y sí, “ahora el Papa es argentino”, o mejor dicho: el argentino ahora dicen que es Papa. Ésa no te la esperabas, ¿eh, Puta Vieja chismosa, correveidile? Bien que te arrimas ahora, al tano aquel...
Vienen a la memoria las inmortales palabras de Parmeno en La Celestina:

Si entre cien mujeres va y alguno dice: ¡puta vieja!, sin ningún empacho vuelve la cabeza y responde con alegre cara.
En los convites, en las fiestas, en las bodas, en las cofradías, en los mortuorios, en los ayuntamientos de gentes, con ella pasan tiempo. Si pasa por los perros, a aquello suena su ladrido; si están cerca las aves, otra cosa no cantan; si cerca los ganados, balando lo pregonan; si cerca las bestias, rebuznando dicen: ¡puta vieja!
Las ranas de los charcos otra cosa no suelen mentar. Si va entre los herreros, aquello dicen sus martillos. Carpinteros y armeros, herradores, caldereros, arcadores, todo oficio de instrumento forman en el aire su nombre. Cántanla los carpinteros, péinanla los peinadores, tejedores. Labradores en las huertas, en las aradas, en las viñas, en las segadas, con ella pasan el afán cotidiano. ¿Qué quieres más, si una piedra al golpear con otra luego suena: ¡pu-ta vie-ja!

Cambiando de siglo... 

Les dije "eso no lo firmo".-Para eso mejor sigan enviando lo que mandaban. Así que me tomé la licencia de dirigirle una carta (acepté que fuera dirigida a Su Santidad bla ,bla, bla, tampoco es cuestión de no aceptar nada).

Verdaderamente, qué derroche de tolerancia. Pues ¿no va y me llama Su Santidad bla blá, acá, la presidenta blublú, un argumento vivo, el más convincente, en favor de la Monarquía (y del celibato).
Y continúa textualmente:

Así que [interesante sentido de la consecuencia] Feliz Día del Pontífice. - Espero que le haya llegado el cuadro con los sellos postales conmemorativos de su pontificado y el sobre con el ya célebre mate.-
Mi idea era encabezar con su nombre como Usted prefiere, pero me dijeron 'no Presidenta'.-
Bueno, ya está. ¿Tienen razón? La verdad que no sé.- Pero tampoco era una cuestión para pelear.-
Hasta siempre y cuídese.- Tome mate.- Usted me entiende.-

Yo qué te voy a entender, madril enlutado, si no te entendés vos misma, con esos guioncitos que sembrás al pedo como miguitas de pan. No, no entiendo tu cháchara huera, tediosa hasta el vómito, tanto más pomposa cuanto más intrascendente. Y menos aún me interesan tus pseudoargumentaciones de rebajas para una pseudoideología de saldo. Mate, no, hija de la Gran Puta. Me tomaré dos tilas. Dobles. Y que me doblen también, de urgencia, la Guardia Suiza. Ho paura!

(Trad. del it. por: Rosalía Borgia)

Encíclica Lumen fidei (entradas del mes de julio) >>
La Virgen de los Podófilos se aparece descalza a carmelitas en sandalias >>

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