La verdadera historia de Caperucita roja
Estaban llegando a las lindes del bosque. Las luces titilaban en la distancia, avisando de la presencia humana y el aire, cuando husmearon, era fétido en esa dirección.
La niña, con paso decidido, se adelantó.
Era su turno.
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Imagen justa y necesaria, encontrada por causalidad en la red. Por ser, relato es.
Es relato, pero sobre todo parece principio de un relato más largo. Deberías continuarlo, Tigres Te Parió.
ReplyDeleteTu también? ya es el segundo escritor que me lo dice,que cosas, pero esta juntaletras (si consigo al fin enviar una respuesta a tu insinuación de continuidad relatera)prefiere dejarlo así. Queda rotundo en su brevedad (es lo que tiene unir imagen y palabra: algo demoledor)y da juego a la imaginación!
ReplyDeletepsd
Temo llevar conmigo la maldición de HAL, allá donde voy, advertido quedas...Y mucha salud, Energu.
psd 2
tigrestepario
hum...
tigresteparió.
...Era su turno. Al levantar lentamente la metralleta, se dio cuenta de que le pesaba demasiado para mantenerla inmóvil al pulso exiguo de sus siete años. Además, le molestaba la cesta colmada de viandas para su abuelita, a la que unos hombres tan malos como feos habían expoliado de su pensión. Apoyó pues la cesta en el suelo, la metralleta sobre ella y la mejilla contra la culata. Concentrándose al máximo, respiró hondo como había visto hacer en las pruebas olímpicas de tiro.
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