(A Gema L.P. en la torre de Bisjueces, primavera 2021)
Digo que te quiero, pero que nada
me pone más cachonda que el dinero.
Digo las cosas más hermosas, pero
también las más terribles, embriagada.
Decía estar de ti muy enamorada
aquel martes. El miércoles, empero,
ya sólo me recuerdas cuánto quiero
al hombre con el que sigo casada.
Ese maltratador: él es mi vida;
tú nunca como él mi fuego enciendes.
Me gusta imaginarme que me violan;
que el pico de una plancha más salida
me pone imaginarme que me violan.
Bromas que tú, ser sin humor, no entiendes...

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