El Mundo Today

2012/03/14

Datos personales
Nombre: M.C.R.
Sexo: Mujer
Edad: 42
Estudios: Primarios
Fechas de exploración: 5, 15, 30 de agosto de 1999
A petición del Dr. Angulo
Realizado por la Dra. Teresa Azcárate

Referencia y objetivos
La paciente ingresa en el centro hospitalario el 4 de agosto visiblemente trastornada por una experiencia traumática. El Dr. Pedro Angulo, Coordinador de la Unidad de Medicina Interna, solicita informe psicológico a fin de valorar posibles consecuencias.
En el transcurso de las dos primeras sesiones no me es posible obtener ninguna colaboración de la paciente, ya que sufre brotes de amnesia psicógena referida al acontecimiento traumático que remiten en los últimos días del mes, permitiendo la obtención de datos en la sesión del día 30.

Datos personales relevantes
Paciente aquejada de tetraplejia severa producida por un accidente de tráfico a los diecisiete años. Inmovilidad e insensibilidad absoluta en tronco y extremidades superiores e inferiores.
Presentaba, antes de la experiencia traumática, un perfil psicológico normal dentro de su cuadro personal de minusvalía.

Casada a los 35 años con J.M.M., que se ocupa desde ese momento de su cuidado y manutención.

Conducta durante la exploración
Debido a fenómenos disociativos y al grado de medicación sedante al que estaba sometida, la paciente es incapaz, como he dicho, de recordar durante las dos primeras sesiones las circunstancias del suceso traumático que, sin embargo, le provocan reexperimentaciones intensas (flashback) en los periodos de sueño y pesadillas.
Al remitir el cuadro de amnesia el día 30, la paciente es capaz de relatar lo acontecido con detalle, intercalando eventos que, por su carácter increíble, explicaríamos como fenómenos alucinatorios por sensibilización.

Circunstancias concurrentes y valoración
La noche del 31 de julio J.M.M. fallece, por infarto de miocardio, según informe del forense, en el transcurso de una relación sexual con su mujer y queda tendido sobre ella hasta que es rescatada cuatro días y diecisiete horas más tarde por la policía, alertada por los vecinos del mal olor que surgía del inmueble.
Dada la relevancia de los detalles narrados por la paciente para ilustrar la severidad del trastorno me tomaré la libertad de transcribirlos.
El difunto mantenía como norma general contactos de tipo sexual una vez por semana, siendo éstos consentidos por la paciente. Debido a la insensibilidad corporal de ésta de cuello para abajo, la práctica habitual entre ellos era la fellatio, practicada de forma pasiva por la esposa, que permanecía tendida en la cama mientras el marido, sobre ella, introducía el miembro en su boca para estimularse mutuamente.
La muerte sorprende al varón en el momento del orgasmo de forma que queda inerte sobre ella en decúbito prono y en posición inversa respecto al cuerpo de la paciente, obstruyendo en gran medida su boca y garganta con el miembro erecto y el semen eyaculado. Las náuseas y el vómito de la mujer dificultan aún más su situación y consigue a duras penas deglutir la mezcla de fluidos y salvarse de una muerte por asfixia, que vuelve a amenazarla cinco minutos más tarde, al producirse la relajación post mórtem de los esfínteres que provoca la secreción espontánea de la orina y las materias fecales.
Cuesta trabajo mantener la objetividad científica al imaginarse a la paciente superando de nuevo la crisis para encontrarse con otra poco halagüeña tesitura: esperar la muerte por inanición, casi asfixiada por un peso que le impedía gritar pidiendo ayuda, atrapada bajo el cadáver de su compañero, que pronto empezaría a sufrir un proceso de descomposición acelerado por las altas temperaturas del verano. Considero que la ubicación de este cuadro clínico dentro de los trastornos de estrés postraumático está bien fundamentada.
He de confesar, no obstante, que me siento confundida por la confluencia de síntomas de alexitimia y represión de las emociones, comunes en estos casos por su efecto protector, con otros de tipo alucinatorio que contribuyeron sin duda a agudizar el estrés. La paciente narra unos hechos que la autopsia ha desmentido y que aportan al cuadro clínico un perfil espeluznante.
Afirma que pocas horas después de la defunción del marido aparecieron en su abdomen unas manchas verdosas de putrefacción y que al segundo día observó cómo surgían del cuerpo descompuesto unos gusanos blancos por el orificio de la uretra. Mantiene que, impelida por el hambre y el instinto de supervivencia, decidió ir nutriéndose con estos pequeños organismos y que lo hizo hasta la víspera de su rescate, día en el que se sintió desfallecer.
A pesar de que en el informe del forense no consta ninguna amputación del cadáver, ella está convencida de que ese día se alimentó con el pene y los testículos de su marido, reblandecidos por el proceso degenerativo y afirma, en su delirio, que sintió al hacerlo el primer orgasmo de su vida.
La comorbilidad exageradamente alta de estas alucinaciones puede ser fruto de la imprecisión de los límites con otras entidades nosológicas y me obliga a concluir que nos encontramos, como ya he adelantado, ante un cuadro de estrés postraumático agudo junto con otros trastornos psicopatológicos de difícil catalogación.

Reto nº 9 >>
<< Soy un guarro

2 comments:

  1. trastornos sicopatológicos. Efectivamente, señor Galavulin.
    Pero me ha gustado mucho

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  2. no sé si me encanta más el 69 porcino o el antropofágico.
    Más, más, pro favor

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