En el aeropuerto de Santander
apareciéronse como si nada
un par de bufas desproporcionadas,
inverosímiles, de no creer.
¿Es que jamás dejaréis de crecer?,
su portadora les interrogaba,
temiendo que el límite rebasaba
de su equipaje, según Ryanair.
Ningún pasajero entre el centenar
que se embarcaron por la puerta 5
había visto ni vería más
manifestarse así al caos divino,
pues ¡venus chaparra!, ¿de dónde sales
con esas bufas sobrenaturales?
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