El Mundo Today

2012/03/02

Reto n.º 8

A veces, sólo a veces, pienso que nuestros fantasmas son fotófobos: al ver la luz se desvanecen.
A veces, sólo a veces, pienso que la confesión de nuestras obsesiones es la penitencia que nos hemos impuesto para perdonarnos a nosotros mismos por haberlas generado.
Y cuando pienso todo esto, el juego de las lobotomías me recuerda a la pasión que sufrió Cristo para redimirnos de los pecados; y los retos, las estaciones de nuestro via crucis personal.
Sólo nos queda la crucifixión. Crucifiquémonos, pues; rebasemos el límite del límite y escribamos dos cuentos tan repugnantes que den asco, que causen malestar físico, que provoquen arcadas.
Ya estoy harto de lo políticamente correcto. Me resulta tan empalagoso que me produce náuseas; debería llamarse vomitivamente correcto.
Para desintoxicar, me gustaría sentir náuseas, por una vez, ante algo políticamente incorrecto.

(Perdona por la jerga religiosa: cuatro años en un seminario no pasan en balde).



<< Soy un guarro
>> Platero y yo y yo
>> Ir a la primera lobotomía

3 comments:

  1. Gala Vulin, te echábamos de menos. Llegué a pensar que te habían censurado. ¿Rebasar el límite? ¿Más aún? Tiemblo al pensarlo

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  2. Claro que no pasan en balde. Hasta en el movimiento de las manos y las poses se nota... Saludos

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  3. Jajajaja, aciertas de lleno, Tanci, es que no sabes cuánto. Y Reibeca, acá no censuramos a nadie, y menos a un miembro de la Conferencia Episcopal.

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